Imprimir

 

VERSIÓN DESCARGABLE EN PDF AQUÍ

 

Himno

Crux fidelis

¡Oh cruz fiel, el más noble entre todos los árboles!

Ningún bosque produjo otro igual: Ni en hoja, ni en flor ni en fruto.

Oh dulce leño, dulces clavos que sostuvieron tan dulce peso.

Canta, la victoria que se ha dado en el combate más glorioso, y celebra el noble triunfo de la cruz, y cómo el Redentor del mundo venció, inmolado en ella.

Ant. 1

Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre.

Salmo 29

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.

Señor, Dios mío, a ti grité,
y tú me sanaste,
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.

Tañed para el Señor, fieles suyos,
dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante;
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto;
por la mañana, el júbilo.

Yo pensaba muy seguro:
“No vacilaré jamás”.
Tú bondad, Señor, me aseguraba
el honor y la fuerza;
pero escondiste tu rostro,
y quedé desconcertado.

A ti, Señor, llamé,
supliqué a mi Dios:
“¿Qué ganas con mi muerte,
con que yo baje a la fosa?

¿Te va a dar gracias el polvo,
o va a proclamar tu lealtad?
Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme”.

Cambiaste mi luto en danzas,
me desataste el sayal y me has vestido de fiesta;
te cantará mi alma sin callarse.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 1

Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre.

Ant. 2

Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito

Salmo 31

Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado  su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito.

Mientras callé se consumían mis huesos,
rugiendo todo el día,
porque día y noche tu mano
pesaba sobre mí;
mi savia se me había vuelto un fruto seco.

Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: “Confesaré al Señor mi culpa”,
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado.

Por eso, todo que fiel te suplique
en  el momento de la desgracia:
la crecida de las aguas caudalosas no lo alcanzará.

Tú eres mi refugio, me libras del peligro,
me rodeas de canto de liberación.

- Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir,
fijaré en ti mis ojos.

No seáis irracionales como caballos y mulos,
cuyo brío hay que domar con freno y brida;
si no, no puedes acercarte.

Los malvados sufren muchas penas;
al que confía en el Señor,
la misericordia lo rodea.

Alegraos, justos, y gozad con el Señor;
aclamadlo,  los de corazón sincero.

Ant. 2

Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito

Ant. 3

El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán.

Cántico del Apocalipsis

Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.

Se encolerizaron las gentes,
llegó tú cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos, los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y arruinar a los que arruinaron a los que arruinaron la tierra.

Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.

Ellos vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto estad alegres, cielos,
y los  que moráis en sus tiendas.

Ant. 3

El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán.

Lectura breve

Hb 13, 12-15

Jesús, para consagrar al pueblo con su propia sangre, murió fuera de las murallas. Salgamos, pues, a encontrarlo fuera del campamento, cargados con su oprobio; que aquí no tenemos ciudad permanente, sino que andamos en busca de la futura. Por su medio, ofrezcamos continuamente a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de unos labios que profesan su nombre.

Responsorio breve

V/ Yo dije: Señor, ten misericordia.

R/ Yo dije: Señor, ten misericordia.

V/ Sáname, porque  he pecado contra ti.

R/ Señor, ten misericordia.

V/ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

R/ Yo dije: Señor, ten misericordia.

Magníficat

Ant.

“No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?” “Os aseguro que antes que naciera Abrahán, existo yo”.

Proclama mi alma la grandeza del Señor…

Ant.

“No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?” “Os aseguro que antes que naciera Abrahán, existo yo”.

Preces

Oremos a Cristo, el Señor, que nos dio el mandamiento nuevo de  amarnos los unos a los otros, y digámosle:

          Acrecienta,  Señor, la caridad de tu Iglesia.

Padre nuestro

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad 
en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos 
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

Oración

Escucha nuestras súplicas, Señor, y mira con amor a los que han puesto su esperanza en tu misericordia, limpialos de todos sus pecados, para que perseveren en una vida santa y lleguen de este modo a heredar tus promesas.

Por Jesucristo, nuestro Señor.